Escalar un negocio es un reto para cualquier empresa que busque mejorar a medio y largo plazo. ¿Quieres intentarlo y no sabes cómo hacerlo? Te interesará este artículo…
Cómo escalar tu negocio con 5 pasos que funcionan
Aunque existen las coyunturas extraordinarias, tanto para bien como para mal, escalar un negocio es una cuestión de metodología y constancia. Saber el qué, el cómo y el cuándo es fundamental para que tus posibilidades de éxito, en cualquier emprendimiento, aumenten. Si estás buscando ir al siguiente nivel en tu empresa y consolidarlo, debes seguir estas pautas:
1. Escalar el negocio cambiando el punto de partida
Para escalar y conseguir un cambio cualitativo, es evidente que se tiene que cambiar el punto de partida y pensar en grande. Y, si bien la actitud ya es una condición sine qua non, con ello no es suficiente; además, deberías revisar los siguientes puntos:
- Cualificación profesional: aunque tengas una cualificación profesional, quizás debas reciclar conocimientos. Y, en este sentido, para dar el paso puede ser conveniente invertir en formación, tanto para ti como para el personal de la empresa. Pueden ser cursos, certificaciones o sesiones de coaching, según el caso.
- Asesoramiento especializado: en sectores de actividad como el tecnológico, contar con asesoramiento específico marca la diferencia. Y, por ello, recomendamos invertir en servicios de consultoría, más si cabe en autónomos en PYMES que nunca han dado el paso de crecer.
- Personalidad jurídica: podemos resumir diciendo que ser persona física te conviene si ganas poco dinero, pero, a partir de una cierta cifra de beneficios, te interesa pasar a otras figuras jurídicas, ya sea una Sociedad Limitada (S.L.) o una Sociedad Anónima (S.A.).
Comprueba estos ítems y asegúrate si todo está conforme a lo que tienes proyectado. Cuando la respuesta sea afirmativa, podemos pasar al siguiente paso.
2. Diseñar un Plan de Crecimiento
¿Recuerdas que cuando empezaste tuviste que hacer un Plan de Negocio? Pues bien, ahora lo que corresponde es diseñar un Plan de Crecimiento para fijarte unas metas y saber qué recursos vas a destinar, en cuánto tiempo y de qué forma esperas crecer.
Una vez más, la idiosincrasia de cada empresa es clave para delimitar de qué manera se va a escalar. En algunos casos, la clave estará en el cambio de tecnologías o en la innovación, mientras que, en otros casos, lo importante será conquistar nuevos mercados. También es posible que la escalada se realice con varios cambios simultáneos. Siempre que tengas claro hacia dónde debes ir, no habrá mayor problema.
Sea como fuere, ese Plan de Crecimiento debe contar con todos los elementos necesarios y con un respaldo documental. Así sabrás a qué atenerte.
3. Invertir para garantizar ese crecimiento
Para escalar un negocio, es necesario invertir, aunque la idea es buscar el mayor Retorno de la Inversión (ROI) posible. ¿En qué se debe invertir? Dependerá de cada empresa, pero lo más común es hacerlo en marketing y, en ocasiones, también en la implementación de tecnología para aumentar la productividad o abrir nuevos nichos de mercado. Piensa que, unido a eso, quizás necesites también invertir en formación para adaptar esas nuevas tecnologías.
Eso sí, en el Plan de Crecimiento debe constar cómo y cuánto se va a invertir. Antes de implementar nada, deberías disponer de toda la financiación, sea a través de fondos propios, de inversores o de un préstamo.
4. Realizar una evaluación periódica de resultados
La evaluación periódica de resultados es otra de las condiciones indispensables para que la escalada sea exitosa. Y aquí no se trata de revisar cada año: lo ideal es hacer comprobaciones trimestrales, porque esto te permitirá saber si se va por la buena dirección. Recordemos que el tiempo es un recurso muy limitado, así que conviene no perderlo.
La evaluación se tiene que realizar con datos reales sobre ventas y beneficios, cotejándola con los objetivos. Y, por supuesto, en contextos de alta inflación deberás tener presente esta realidad, que puede distorsionar algo las cifras.
5. Modificar el plan sobre la marcha si hay eventualidades
Puedes hacer bien tu trabajo, pero nunca estamos libres de sufrir eventualidades: una crisis económica, una pandemia o una inflación derivada de un conflicto bélico pueden traer problemas en la ejecución del Plan de Crecimiento.
Si el problema está derivado de factores externos sobrevenidos e imprevisibles, conviene hacer cambios. Y esto implica tener apertura de miras para realizarlo sobre la marcha y redireccionar los recursos a donde mejor puedan rendir. No obstante, cualquier cambio debe estar siempre debidamente justificado, así como las alternativas que se implementarán.
Al fin y al cabo, una de las claves de las empresas que crecen y que resisten los envites está, precisamente, en la capacidad de adaptación a los cambios.
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